Capítulo
5
CURACIÓN Y
PLENITUD
Introducción
1. Curar es hacer feliz. 2Te he dicho que pensases
en las muchas oportunidades que has tenido de regocijarte y en las muchas que
has dejado pasar. 3Esto es lo mismo que decirte que has rehusado
sanar. 4Tu luz es la luz de la dicha. 5El resplandor no
está asociado con la aflicción. 6La dicha suscita que uno esté
completamente dispuesto a compartirla, y fomenta el impulso natural de la mente
de responder cual una sola. 7Quienes intentan curar sin ser ellos
mismos completamente dichosos, suscitan diferentes respuestas a la vez y, por
consiguiente, privan a otros de la dicha de responder de todo corazón.
2. Para poder actuar de todo
corazón tienes que ser feliz. 2Si el miedo y el amor no pueden
coexistir, y si es imposible estar completamente atemorizado y seguir
viviendo, el único estado de plenitud posible es el del amor. 3 No
existe diferencia alguna entre el amor y la dicha. 4Por lo tanto, el
único estado de plenitud posible es el de absoluta dicha. 5Curar o
hacer feliz es, por lo tanto, lo mismo que integrar y unificar. 6Por eso es por lo que no importa a qué parte
de la Filiación se le ofrece la curación o qué parte la lleva a cabo. 7 Todas
las partes se benefician, y se benefician por igual.
3. Todo pensamiento benévolo que
cualquiera de tus hermanos abrigue en cualquier parte del mundo te bendice. 2Deberías
querer bendecirles a tu vez, como muestra de agradecimiento. 3No
tienes que conocerlos personalmente ni ellos a ti. 4 La luz es tan
potente que irradia a través de toda la Filiación, la cual da gracias al Padre
por irradiar Su dicha sobre ella. 5Únicamente los santos Hijos de
Dios son canales dignos de Su hermosa dicha porque sólo ellos son lo
suficientemente hermosos como para conservarla compartiéndola. 6Es
imposible que un Hijo de Dios pueda amar a su prójimo de manera diferente de
como se ama a sí mismo. 7De ahí que la plegaria del sanador
sea:
8Permíteme
conocer a este hermano como me conozco a mí mismo.
I. La invitación al
Espíritu Santo
1. La
curación es un pensamiento por medio del cual dos mentes perciben su unidad y
se regocijan. 2Su gozo exhorta a todos los miembros de la Filiación
a que se regocijen junto con ellas, y permite que Dios acuda a ellas y se
manifieste a través de ellas. 3Sólo la mente sana puede experimentar
una revelación de efectos duraderos porque la revelación es una experiencia de
pura dicha. 4Si no eliges ser completamente dichoso, tu mente no
puede tener lo que no elige ser. 5Recuerda
que para el espíritu no hay diferencia alguna entre tener y ser. 6La
mente superior piensa de acuerdo con las leyes
que el espíritu obedece, y, por lo tanto, honra únicamente las leyes de Dios. 7Para
el espíritu, obtener no significa nada y dar loes
todo. 8Al tenerlo todo, el espíritu lo conserva dándolo, y,
de este modo, crea de la misma manera en que el Padre creó. 9Aunque
esta manera de pensar no tiene nada que ver con la posesión de bienes
materiales, aun a la mente inferior le resulta comprensible en conexión con
ideas. 10Si compartes una
posesión física, ciertamente divides su propiedad.
11Mas si compartes una idea, no la debilitas. 12Toda ella
te sigue perteneciendo aunque la hayas dado completamente. 13Lo que
es más, si aquel a quien se la has dado la acepta como suya, eso la refuerza en
tu mente, y, por lo tanto, la expande.
14Si puedes aceptar el concepto de que este mundo es un mundo de
ideas, la creencia en la falsa conexión que el ego hace entre dar y perder
desaparece.
2. Demos comienzo a nuestro proceso de re-despertar con
unos cuantos conceptos simples:
2Los pensamientos se expanden
cuando se comparten.
3Cuantos más creen en ellos, más
poderosos se tornan.
4Todo es una idea.
5¿Cómo, entonces, puede asociarse dar con perder?
3. Ésta es la invitación al
Espíritu Santo. 2He dicho ya que puedo ascender hasta lo alto y
hacer que el Espíritu Santo descienda hasta ti, mas sólo puedo hacer eso a
instancia tuya. 3El Espíritu Santo se encuentra en tu mente recta,
tal como se encontraba en la mía. 4La Biblia dice: "Que more en
ti la mente que estaba en Cristo Jesús", y lo utiliza como una bendición. 5Se
trata de la bendición de la mentalidad milagrosa. 6Te pide que
pienses tal como yo pensé, uniéndote de este manera a mí en el modo de pensar
de Cristo.
4. El Espíritu Santo es la única
parte de la Santísima Trinidad que tiene una función simbólica. 2Se
le ha llamado el Sanador, el Consolador y el Guía. 3Se le ha
descrito también como algo "separado", aparte del Padre y del Hijo. 4Yo
mismo dije: "Si me voy os enviaré otro Consolador que morará con vosotros
para siempre". 5Su función simbólica hace que Él sea difícil
de entender, ya que todo simbolismo se presta a diferentes interpretaciones. 6Como
hombre, y también como una de las creaciones de Dios, mi recto pensar, que
procedió del Espíritu Santo o Inspiración Universal, me enseñó en primer lugar
y ante todo, que esta Inspiración es para todos. 7Yo mismo no
hubiese podido gozar de ella de no haber sabido esto. 8La palabra
"sabido" es apropiada en este contexto porque el Espíritu Santo está
tan próximo al conocimiento que lo evoca, o mejor dicho, facilita su llegada. 9He
hablado anteriormente de la percepción elevada o "verdadera", que
está tan próxima a la verdad que Dios Mismo puede salvar la diminuta brecha que
hay entre ellas. 10El conocimiento está siempre listo para fluir a
cualquier parte, pero no puede oponerse a nada. 11Puedes, por
consiguiente, obstruirlo, pero jamás perderlo.
5. El Espíritu Santo es la Mente
de Cristo, la cual es consciente del conocimiento que yace más allá de la
percepción. 2El Espíritu Santo comenzó a existir como medió de protección al producirse la separación, lo
cual inspiró simultáneamente el principio de la Expiación. 3Antes de
eso no había necesidad de curación, pues nadie estaba desconsolado. 4La
Voz del Espíritu Santo es la Llamada a la Expiación, es decir, a la restitución de la integridad de la mente. 5Cuando
la Expiación se complete y toda la Filiación sane, dejará de haber una llamada
a retornar. 6Pero lo que Dios crea es eterno. 7El
Espíritu Santo permanecerá con los Hijos de Dios para bendecir las creaciones
de éstos y mantenerlas en la luz de la dicha.
6. Dios honró incluso las
creaciones falsas de sus Hijos porque ellos las habían hecho. 2Pero
también bendijo a Sus Hijos con una manera de pensar que fuese capaz de elevar
sus percepciones a tal altura, que casi pudieran llegar hasta Él. 3El
Espíritu Santo es la Mente de la Expiación. 4Representa un estado
mental lo suficientemente próximo a la Mentalidad-Uno como para que la transferencia
a ella sea finalmente posible. 5La percepción no es conocimiento,
pero puede ser transferida al conocimiento, o cruzar hasta él. 6Tal
vez sea más útil en este caso utilizar el significado literal de la palabra
"transferida", o sea "transportada", puesto que el último
paso es Dios Quien lo da.
7. El
Espíritu Santo -la Inspiración que toda la Filiación comparte- induce a una
clase de percepción en la que muchos elementos son como los del Reino de los
Cielos:
2En primer
lugar, su universalidad es perfectamente inequívoca, y nadie que la alcance
podría pensar ni por un momento que compartirla signifique cualquier otra cosa
que no sea ganar.
3En segundo
lugar, es una percepción que es incapaz de atacar, y, por lo tanto,
es verdaderamente receptiva. 4Esto quiere decir que si bien no
engendra conocimiento, tampoco lo obstruye en modo alguno.
5Finalmente,
señala al camino que lleva a lo que está más allá de la curación qué trae
consigo, y conduce a la mente más allá de su propia
integración, hacia los senderos de la
creación. 6En este punto es
donde se producen suficientes cambios cuantitativos para producir un verdadero
salto cualitativo.
II. La Voz que habla por Dios
1. Curar no es crear; es reparar. 2El Espíritu Santo fomenta la
curación mirando más allá de ella hacia lo que los Hijos de Dios eran antes de que la curación fuese
necesaria, y hacia lo que serán una vez que hayan sanado. 3Esta
alteración de la secuencia temporal debería resultarte familiar, ya que es muy
similar al cambio que el milagro produce en la percepción que se tiene del
tiempo. 4El Espíritu Santo es la motivación para alcanzar
la mentalidad milagrosa; la decisión de subsanar la separación renunciando a
ella. 5Tu voluntad se encuentra todavía en ti porque Dios la ubicó en tu mente, y
aunque puedes mantenerla dormida, no puedes destruirla. 6Dios Mismo
mantiene tu voluntad viva al transmitirla desde Su Mente a la tuya mientras
perdure el tiempo.
7El milagro mismo es un reflejo
de esta unión de voluntades entre Padre e Hijo.
2. El Espíritu Santo es el
espíritu del júbilo. 2Es la Llamada a retornar con la que Dios
bendijo las mentes de Sus Hijos separados. 3Ésa es la vocación de la
mente. 4Antes de la separación la mente no tenía ninguna vocación,
ya que antes de eso simplemente era, y no habría podido entender la llamada al
recto pensar. 5El Espíritu Santo es la Respuesta de Dios a la
separación; el medio a través del cual la Expiación cura hasta que la mente en
su totalidad se reincorpore al proceso de creación.
3. Tanto la
separación como el principio que gobierna la Expiación dieron comienzo
simultáneamente. 2Cuando el
ego fue engendrado, Dios puso en la mente la llamada al júbilo. 3Esta
llamada es tan poderosa que el ego siempre se desvanece ante su sonido. 4Por
eso es por lo que tienes que elegir escuchar una de las dos voces que hay
dentro de ti. 5Una la inventaste tú, y no forma parte de Dios. 6La
otra te la dio Dios, Quien sólo te pide que la escuches. 7El
Espíritu Santo se encuentra en ti en un sentido muy literal. 8Suya
es la Voz que te llama a retornar a donde estabas antes y a donde estarás de
nuevo. 9Aun en este mundo es posible oír sólo esa Voz y ninguna
otra. 10Ello requiere esfuerzo, así como un gran deseo de aprender. 11Ésa es la
última lección que yo aprendí, y los Hijos de Dios gozan de la misma igualdad
como alumnos que como Hijos.
4. Tú eres el Reino de los Cielos, pero
permitiste que la creencia en la oscuridad se infiltrase en tu mente,
por lo que ahora necesitas una nueva luz. 2El Espíritu Santo es el
resplandor al que debes permitir que desvanezca la idea de la oscuridad. 3Suya
es la gloria ante la cual la disociación desaparece y el Reino de los Cielos
pasa a ocupar el lugar que le corresponde: 4Antes de la separación
no tenías necesidad de dirección, 5pues disponías de conocimiento,
tal como dispondrás de él de nuevo, pero como no dispones de él ahora.
5. Dios no guía
porque la único que puede hacer es compartir Su perfecto conocimiento. 2Guiar
entraña evaluación, ya que implica que hay una manera correcta de proceder y
otra incorrecta, una que se debe escoger y otra que se debe evitar. 3Al
escoger una, renuncias a la otra. 4Elegir al Espíritu Santo es
elegir a Dios. 5Dios no está dentro ti en un sentido literal, más
bien, tú formas parte de Él. 6Cuando elegiste abandonarlo te dio una
Voz para que hablase por Él, pues ya no podía compartir Su conocimiento contigo
libremente. 7La comunicación directa se interrumpió al tú inventar
otra voz.
6. El Espíritu Santo te insta tanto a recordar como a
olvidar. 2Has elegido estar en un estado de oposición en el que los opuestos
son posibles. 3Como resultado de ello, hay ciertas decisiones que
tienes que tomar. 4En el estado de santidad la voluntad es libre, de
modo que su poder creativo es ilimitado y elegir no tiene sentido. 5El
poder de elegir es el mismo poder que el de crear, pero su aplicación es
diferente. 6Elegir implica que la mente está dividida. 7El
Espíritu Santo es una de las alternativas que puedes elegir. 8Dios
no dejó a Sus Hijos desconsolados a pesar de que ellos decidieron abandonarlo. 9La
voz que ellos pusieron en sus mentes no era la Voz de Su Voluntad, en favor de
la cual habla el Espíritu Santo.
7. La Voz del Espíritu Santo no da órdenes porque es
incapaz de ser arrogante. 2No
exige nada porque su deseo no es controlar. 3No vence porque no
ataca. 4Su Voz es simplemente un recordatorio. 5Es
apremiante únicamente por razón de lo que te
recuerda. 6Le ofrece a tu mente el otro camino, permaneciendo serena
aun en medio de cualquier confusión a que puedas dar lugar. 7La Voz
que habla por Dios es siempre serena porque habla de paz. 8La paz es más poderosa que la guerra porque
sana. 9La guerra es división, no expansión. 10Nadie gana
en la batalla. 11¿Qué saca un hombre con ganar el mundo entero si con ello pierde su propia alma? 12Si le prestas oídos a la voz que no debes, pierdes de
vista a tu alma. 13En realidad no puedes perderla, pero puedes no
conocerla. 14Por lo tanto,
te parecerá que la has "perdido" hasta que elijas correctamente.
8. El Espíritu Santo es tu Guía a
la hora de elegir. 2Reside en la parte de tu mente que siempre habla en favor de la elección
correcta porque habla por Dios. 3Él es el último nexo de comunicación
que te queda con Dios, comunicación que puedes interrumpir, pero no destruir. 4El Espíritu
Santo es el vehículo mediante el cual la Voluntad de Dios se cumple así en la
tierra como en el Cielo. 5Tanto el Cielo como la tierra están en ti
porque la llamada de ambos está en tu mente. 6La Voz de Dios procede
de los altares que le has erigido a Él. 7Estos altares no son
objetos, son devociones. 8Sin embargo, ahora tienes otras
devociones. 9Tu devoción dividida te ha dado dos voces, y ahora
tienes que elegir en cuál de los dos altares quieres servir. 10La
llamada que contestas ahora es una evaluación porque se trata de una decisión. 11La
decisión es muy simple. 12Se toma sobre la base de qué llamada es
más importante para ti.
9. Mi mente será siempre como la tuya porque fuimos
creados iguales. 2Fue sólo la decisión que tomé lo que me dio plena
potestad tanto en el Cielo como en la tierra. 3El único regalo que
te puedo hacer es ayudarte a tomar la misma decisión. 4Inherente a
esta decisión es la decisión de compartirla, pues la decisión en sí es la
decisión de compartir. 5Se toma mediante el acto de dar, y es por lo tanto, la. única alternativa
que se asemeja a la verdadera creación. 6Yo soy tu modelo a la hora
de tomar decisiones. 7Al decidirme por Dios te mostré que es posible tomar esta
decisión y que tú la puedes tomar.
10. Te he
asegurado que la Mente que decidió por mí se encuentra también en ti, y que
puedes permitirle que te transforme, tal como me transformó a mí. 2Esta
Mente es inequívoca porque sólo oye una Voz y contesta de una sola manera. 3Tú
eres la luz del mundo junto conmigo. 4El descanso no se deriva de dormir sino de
despertar. 5El Espíritu Santo es la llamada a despertar y a
regocijarse. 6El mundo está muy cansado porque es la idea del
cansancio. 7Nuestra jubilosa tarea es la de despertarlo a la Llamada
a Dios. 8Todos responderán a la Llamada del Espíritu Santo, ya que, de lo contrario, la Filiación no
sería una. 9¿Qué mejor vocación puede haber para cualquier parte del
Reino que la de restituirlo a la perfecta integración que le devuelve la plenitud? 10Escucha
sólo esto a través del Espíritu Santo en ti, y enseña a tus hermanos a escuchar
tal como yo te estoy enseñando a ti.
11. Cuando te
sientas tentado por la voz falsa,
recurre a mí para que te recuerde cómo sanar compartiendo mi decisión, haciéndola así aún más firme. 2Al
compartir este objetivo, aumentaremos su poder para atraer a toda la Filiación
y para restituirla nuevamente a la unicidad en la que fue creada. 3Recuerda
que "yugo" quiere decir “unión”, y “carga” significa “mensaje”. 4Reformulemos
la frase "Mi yugo es llevadero y mi carga
ligera" de esta forma: "Unámonos, pues mi mensaje es la Luz".
12. Te he pedido encarecidamente que te comportes tal
como yo me comporté, pero para eso tenemos que responder a la misma Mente. 2Esa
Mente es el Espíritu Santo, Cuya Voluntad dispone siempre en favor de Dios. 3El
Espíritu Santo, te enseña cómo tenerme a mí de modelo para tu pensamiento, y,
consecuentemente, a comportarte como yo. 4El poder de nuestra
motivación conjunta está más allá de lo que se puede creer, pero no más allá de
lo que se puede lograr. 5Lo que juntos podemos lograr es ilimitado
porque la Llamada a Dios es la llamada a lo ilimitado. 6Hijo de
Dios, mi mensaje es para ti, para que lo oigas y se lo transmitas a otros a
medida que respondes al Espíritu Santo en ti.
III.
El Guía a la salvación
1. La manera de reconocer a tu hermano es reconociendo
al Espíritu Santo en él. 2He dicho ya que el Espíritu Santo es el
puente para la transferencia de la percepción al conocimiento, de modo que
podemos usar los términos como si en verdad estuviesen relacionados, pues en Su
Mente lo están. 3Esta relación no puede por menos que estar en Su
Mente porque, de no ser así, la separación entre las dos formas de pensar no
se podría subsanar. 4El Espíritu Santo forma parte de la Santísima
Trinidad porque Su Mente es parcialmente tuya y también parcialmente de Dios. 5Esto
necesita aclararse, no con palabras sino mediante la experiencia.
2. El Espíritu Santo es la idea de
la curación. 2AI ser un pensamiento, la idea se expande a medida
que se comparte. 3Al ser la Llamada a Dios, es asimismo la idea de Dios.4Puesto que tú formas parte de
Dios, es también la idea de lo que tú eres, así como de lo que son todas Sus
creaciones. 5La idea del Espíritu Santo comparte la propiedad
de otras ideas porque obedece las leyes del Universo del que forma parte. 6Se
refuerza al compartirse. 7Se expande en ti a medida que se la
ofreces a tu hermano. 8Tu hermano no tiene que ser
consciente del Espíritu Santo en él o en
ti para que se produzca este milagro. 9Puede
que él se haya desentendido de la Llamada a Dios, tal como tú lo hiciste. 10Este
desentendimiento se subsana en ambos a medida que tomas conciencia de la
Llamada a Dios en él, reconociendo de
esta forma su existencia.
3. Existen dos formas
diametralmente opuestas de ver a tu hermano. 2Ambas tienen que
encontrarse en tu mente porque tú eres el perceptor. 3Tienen
que encontrarse también en la suya, puesto que lo estás percibiendo a él. 4Mira a tu hermano a través del
Espíritu Santo en su mente, y reconocerás al Espíritu Santo en la tuya. 5Lo
que reconoces en tu hermano lo reconoces en ti, y lo que compartes, lo
refuerzas.
4. La Voz del
Espíritu Santo en ti es débil. 2Por eso es por lo que debes compartirla. 3Tiene
que hacerse más fuerte antes de que puedas oírla. 4Es imposible que
la oigas dentro de ti mientras siga siendo tan débil en tu mente. 5No es que de por sí sea débil, sino que está limitada
por tu renuencia a oírla. 6Si cometes el error de buscar al Espíritu
Santo únicamente en ti, tus pensamientos te asustarán, ya que al adoptar el
punto de vista del ego, estarás emprendiendo un viaje que le es ajeno al ego
utilizándolo a él de guía. 7Esto no puede sino producir miedo.
5. Las demoras pertenecen al ámbito
del ego porque el tiempo es un concepto suyo. 2En la eternidad,
tanto el tiempo como las demoras carecen de sentido. 3He dicho
anteriormente que el Espíritu Santo es la Respuesta de Dios al ego.
4Todo lo que el Espíritu Santo te recuerda está en directa oposición
a las nociones del ego, pues las percepciones verdaderas y las falsas se oponen
entre sí. 5La tarea del Espíritu Santo es deshacer lo que el ego ha
hecho. 6Lo deshace en el mismo nivel en que el ego opera, pues, de
otro modo, la mente sería incapaz de comprender el cambio.
6. He subrayado repetidamente que
uno de los niveles de la mente no es comprensible para el otro. 2Lo
mismo ocurre con el ego y el Espíritu Santo, con el tiempo y la eternidad. 3La
eternidad es una idea de Dios, por lo tanto, el Espíritu Santo la comprende
perfectamente. 4El tiempo es una creencia del ego, por lo tanto,
la mente inferior -el dominio del ego- la acepta sin reservas. 5El
único aspecto del tiempo que es eterno es el ahora.
7. El Espíritu Santo es el mediador
entre las interpretaciones del ego y el conocimiento del espíritu. 2Su
capacidad para utilizar símbolos le permite actuar con las creencias
del ego en el propio lenguaje de éste. 3Su capacidad para mirar más
allá de los símbolos hacia la eternidad le permite entender las leyes de Dios,
en nombre de las cuales habla. 4Puede, por consiguiente, llevar a
cabo la función de reinterpretar lo que el ego forja, no mediante la
destrucción, sino mediante el entendimiento. 5El entendimiento es luz,
y la luz conduce al conocimiento. 6El Espíritu Santo se encuentra en
la luz porque Él está en ti que eres luz, pero tú desconoces esto. 7La
tarea del Espíritu Santo consiste, pues, en reinterpretarte a ti en nombre de
Dios.
8. Tú no puedes
comprenderte a ti mismo separado de los demás. 2Ello se debe a que
tú, separado del legítimo lugar que ocupas en la Filiación, no significas nada, y el legítimo lugar de la Filiación es Dios. 3Ésa
es tu vida, tu eternidad y tu Ser. 4Esto es lo que el Espíritu Santo
te recuerda. 5Esto es lo que Él ve. 6Esta visión atemoriza
al ego por ser tan serena. 7La paz es el mayor enemigo del ego porque, de acuerdo con su interpretación de la
realidad, la guerra es la garantía de su propia supervivencia. 8El
ego se hace más fuerte en la lucha. 9Si
crees que hay lucha, reaccionarás con saña porque la idea de peligro se habrá
adentrado en tu mente. 10Dicha idea es un llamamiento al ego. 11El Espíritu Santo
está tan pendiente como el ego de cualquier señal de peligro, oponiéndose a
éste con todas Sus fuerzas de la misma forma en que el ego le da la bienvenida. 12El Espíritu Santo contrarresta esa acogida dándole la
bienvenida a la paz. 13 La eternidad y la paz están tan estrechamente
relacionadas como lo están el tiempo y la guerra.
9. La percepción deriva significado
de las relaciones. 2Aquellas que aceptas constituyen los cimientos
de tus creencias. 3La separación es simplemente otro término para
referirse a una mente dividida. 4El ego es el símbolo de la
separación, tal como el Espíritu Santo es el símbolo de la paz. 5Lo
que percibes en otros lo refuerzas en ti. 6Puedes permitir que tu
mente perciba falsamente, pero el Espíritu Santo le permite reinterpretar sus
propias percepciones falsas.
10. El Espíritu
Santo es el maestro perfecto. 2Se vale únicamente de lo que tu mente
ya comprende para enseñarte que tú no lo comprendes. 3El Espíritu
Santo puede tratar con un alumno reacio sin oponerse a su mente porque parte
de ella está todavía de parte de Dios. 4A pesar de los intentos del
ego por ocultarla, esa parte es todavía mucho más poderosa que el ego, si bien
éste no la reconoce. 5El Espíritu Santo la reconoce perfectamente
porque se trata de Su Propia morada:
el lugar de la mente donde Él se siente a gusto. 6Tú también te
sientes a gusto ahí porque es un lugar de paz, y la paz es de Dios. 7Tú,
que formas parte de Dios, no te sientes a gusto salvo en Su paz. 8Si
la paz es eterna, sólo te puedes sentir a gusto en la eternidad.
11. El ego
construyó el mundo tal como lo percibe, pero el Espíritu Santo -el reintérprete
de lo que el ego construyó- ve el mundo como un recurso de enseñanza para
llevarte a tu hogar. 2El Espíritu, Santo tiene que percibir el
tiempo y re-interpretarlo como eterno. 3Tiene que llevar a cabo Su
labor mediante el uso de opuestos porque tiene que operar para una mente y con
una mente que está en oposición. 4Haz todas las correcciones que tengas
que hacer, procura aprender y mantén una actitud receptiva con respecto al
aprendizaje. 5Tú no creaste la verdad, pero la verdad puede todavía
hacerte libre. 6 Contempla todo tal como el Espíritu Santo lo
contempla, y entiende todo tal como Él lo entiende. 7Su
entendimiento evoca a Dios en memoria mía. 8El Espíritu Santo está
siempre en comunión con Dios, y forma parte de ti. 9Él es tu Guía a
la salvación porque recuerda lo pasado y lo que ha de venir, y lo trae al
presente. 10Él mantiene ese regocijo en tu mente con gran ternura, y
sólo te pide que lo incrementes compartiéndolo en Nombre de Dios de modo que
Su júbilo se incremente en ti.
IV.
Enseñanza y curación
1. Lo que el miedo ha ocultado
sigue siendo parte de ti. 2Unirse a la Expiación es la manera de
escapar del miedo. 3El Espíritu Santo te ayudará a reinterpretar
todo lo que percibes como temible, y te enseñará que sólo lo que es amoroso es
cierto. 4La verdad está más allá de tu capacidad para destruir;
aceptarla, en cambio, está enteramente a tu alcance. 5Te
pertenece porque, al ser tú una extensión de Dios, la creaste junto con Él. 6Es
tuya porque forma parte de ti, tal como tú formas parte de Dios porque El te
creó. 7Nada que sea bueno se puede perder, pues procede del Espíritu
Santo, la Voz que habla en favor de la creación. 8Nada que no sea
bueno fue creado jamás, y, por lo tanto, no puede ser protegido. 9La
Expiación garantiza la seguridad del Reino, y la unión de la Filiación lo
protege. 10El ego no puede prevalecer contra el Reino porque la
Filiación está unida. 11En presencia de aquellos que oyen la exhortación
del Espíritu Santo a ser uno, el ego se desvanece y queda des-hecho.
2. Lo que el ego
forja se lo guarda para sí, y, por lo tanto, carece de fuerza. 2Su
existencia no se puede compartir. 3No muere, simplemente nunca
nació. 4El nacimiento físico no es un comienzo, es una continuación.
5Todo lo que continúa ha nacido ya. 6Aumentará a medida
que estés cada vez más dispuesto a devolverle a la parte superior de tu mente
la parte que no está sana, devolviéndole de este modo tu mente indivisa a la
creación. 7Yo he venido a sentar las bases para que tus propios
pensamientos puedan hacerte verdaderamente libre. 8Has cargado con
un fardo de ideas que no se pueden compartir y que son demasiado endebles como
para poder expandirse. aMas una vez que las concebiste no supiste
cómo erradicarlas. 9Tú no puedes cancelar tus propios errores
pasados por tu cuenta. 10No desaparecerán de tu mente sin la
Expiación, remedio éste que no es obra tuya. 11La Expiación debe
entenderse exclusivamente como un simple acto de compartir. 12Eso
es lo que quise decir cuando afirmé que incluso en este mundo es posible
escuchar una sola Voz. 13Si formas parte de Dios y la Filiación es
una, no puedes estar limitado al ser que el ego ve.
3. Cada
pensamiento amoroso que cualquier parte de la Filiación abriga es patrimonio de
todas sus partes. 2Se puede compartir porque es amoroso. 3Dios crea compartiendo, y así es
como tú creas también. 4El ego puede mantenerte exiliado del Reino, pero en el
Reino en sí el ego no tiene ningún poder. 5Las ideas del espíritu
no abandonan la mente que las piensa, ni tampoco pueden entrar en conflicto
entre sí. 6 Las ideas del ego, en cambio, pueden entrar en conflicto
porque ocurren en diferentes niveles y también porque incluyen pensamientos que
incluso en el mismo nivel están en franca oposición. 7Es imposible compartir pensamientos que se
oponen entre sí. 8Sólo puedes compartir los pensamientos que proceden de Dios, los cuales Él conserva para
ti. 9El Reino de los Cielos se compone de pensamientos de esa clase.
10Todos los demás permanecerán contigo hasta que el Espíritu Santo
los haya reinterpretado a la luz del Reino, haciendo que sean también dignos
de ser compartidos. 11Cuando se hayan purificado lo suficiente Él
te permitirá compartirlos. 12La decisión de compartirlos es lo que los purifica.
4. Yo oí una sola Voz porque comprendí que era
imposible que pudiese expiar únicamente para mí mismo. 2Escuchar una
sola Voz implica que has decidido compartirla para así poderla oír tú mismo. 3La
Mente que estaba en mí se siente todavía irresistiblemente atraída hacia todas
las mentes creadas por Dios, porque la Plenitud de Dios es la plenitud de Su
Hijo. 4Nada puede hacerte daño, y no debes mostrarle a tu hermano
nada que no sea tu plenitud. 5Muéstrale que él no puede hacerte daño
y que no le guardas rencor, pues, de lo contrario, te estarás guardando rencor
a ti mismo. 6Ese es el significado de: "Ofrécele también la
otra mejilla".
5. Se puede enseñar de muchas maneras, pero ante todo
con el ejemplo. 2Enseñar debe ser curativo, ya que consiste en
compartir ideas y en el reconocimiento de que compartir ideas es reforzarlas. 3No
puedo olvidar la necesidad que tengo de enseñar lo que he aprendido, la cual
surgió en mí precisamente por haberlo
aprendido. 4Te exhorto a que enseñes lo que has aprendido porque al
hacerlo podrás contar con ello. 5Haz que sea algo con lo que puedes
contar en mi nombre porque mi nombre es el Nombre del Hijo de Dios. 6Lo
que aprendí te lo doy libremente, y la Mente que estaba en mí se regocija
cuando eliges escucharla.
6. El Espíritu Santo expía en todos nosotros
des-haciendo y de esta manera te libera de la carga que le has impuesto a tu
mente. 2Al seguir al Espíritu Santo se te conduce de
regreso a Dios, que es donde te corresponde estar. aMas ¿cómo
podrías encontrar el camino que conduce a Él sino llevando a tu hermano
contigo? 3Mi papel en la Expiación no concluirá hasta que no te unas
a ella y se la ofrezcas a otros. 4Lo que enseñes es lo que
aprenderás. 5Nunca te dejaré desamparado ni te abandonaré porque
hacer eso sería abandonarme a mí mismo y abandonar a Dios que me creó. 6Abandonas
a Dios y te abandonas a ti mismo cuando abandonas a cualquiera de tus
hermanos. 7Tienes que aprender a verlos tal como son, y entender
que le pertenecen a Dios al igual que tú. 8¿De qué mejor manera puedes
tratar a tu hermano que dándole a Dios lo que es de Dios?
7. La Expiación te confiere el poder de una mente que
ha sanado, pero el poder de crear es de Dios. 2Por lo tanto,
aquellos que han sido perdonados deben dedicarse en primer lugar a curar, pues
al haber aceptado la idea de la curación, deben compartirla para así
conservarla. 3El poder de la creación en su totalidad no se puede
expresar si una sola de las ideas de Dios se encuentra excluida del Reino. 4La
voluntad conjunta de la Filiación es el único creador que puede crear como el
Padre, ya que sólo lo que es íntegro puede pensar íntegramente, y al
pensamiento de Dios no le falta
nada. 5Cualquier pensamiento que tengas que no sea a través del Espíritu Santo no es íntegro.
8. ¿Cómo es posible que tú que eres tan santo puedas
sufrir? 2Todo tu pasado, excepto su belleza, ha desaparecido, y no
queda ni rastro de él, salvo una bendición. 3He salvaguardado todas
tus bondades y cada pensamiento amoroso que jamás hayas abrigado. 4Los
he purificado de los errores que ocultaban su luz, y los he conservado para ti
en su perfecta luminiscencia. 5Se encuentran más allá de la
destrucción y de la culpabilidad. 6Procedieron del Espíritu Santo en
ti, y sabemos que lo que Dios crea es eterno. 7Puedes ciertamente
partir en paz porque te he amado como me amé a mí mismo. 8Mi
bendición va contigo para que la extiendas. 9Consérvala y
compártela, para que sea siempre nuestra. 10Pongo la paz de Dios en
tus manos y en tu corazón para que la conserves y la compartas. 11El
corazón la puede conservar debido a su pureza y las manos la pueden ofrecer
debido a su fuerza. 12No podemos perder. 13Mi juicio es
tan poderoso como la sabiduría de Dios, en Cuyo Corazón y Manos radica nuestra
existencia. 14Sus sosegadas criaturas son Sus Hijos benditos. 15Los
Pensamientos de Dios están contigo.
V.
El uso que el ego hace de la culpabilidad
1. Tal vez algunos de nuestros
conceptos se vuelvan más claros y significativos para ti si aclaramos el uso
que el ego hace de la culpabilidad. 2El ego tiene un propósito, al
igual que el Espíritu Santo. 3El propósito del ego es infundir miedo
porque sólo los que tienen miedo pueden ser egoístas. 4La lógica del
ego es tan impecable como la del Espíritu Santo, ya que tu mente tiene a su
disposición los medios para ponerse de parte del Cielo o de la tierra, según
elija. 5Pero una vez más, recuerda que ambos se encuentran en ti.
2. En el Cielo no
hay culpabilidad porque el Reino se alcanza por medio de la Expiación, la cual
te libera para que puedas crear. 2La palabra "crear" es
apropiada en este contexto porque una vez que el Espíritu Santo deshace lo que
tú has hecho, se restaura el residuo bendito y, por consiguiente, éste continúa creando. 3Lo
que es verdaderamente bendito es incapaz de producir culpabilidad y sólo puede
producir dicha. 4Esto hace que sea invulnerable al ego porque su paz
es inexpugnable. 5Lo verdaderamente bendito no es susceptible de ser
alterado debido a la plenitud de la que goza. 6La culpabilidad siempre altera. 7Todo lo que genera miedo produce
disensión porque obedece las leyes de la división. 8Si el ego es el
símbolo de la separación, es también el símbolo de la culpabilidad. 9La
culpabilidad es más que simplemente algo ajeno a Dios. 10Es el
símbolo del ataque contra Dios. 11Este concepto no tiene ningún
sentido, excepto para el ego, pero no subestimes el poder que el ego le aporta
al creer en él. 12Esta es la creencia de donde procede toda
culpabilidad.
3. El ego es la parte de la mente que cree en la división. 2¿Cómo iba a
poder una parte de Dios separarse de Él sin creer que lo está atacando?. 3Hablamos
anteriormente del problema de la autoridad y dijimos que se basa en el
concepto de que es posible usurpar el poder de Dios. 4El ego cree
que eso es lo que tú hiciste porque cree que tú eres él. Si te identificas con el ego, no podrás sino
percibirte a ti mismo como culpable. 6Siempre que le hagas caso al
ego experimentarás culpabilidad y temerás ser castigado. 7El ego es
literalmente un pensamiento atemorizante. 8Por muy ridícula que sea
para una mente sana la idea de atacar a Dios, nunca olvides que el ego es
demente. 9Representa un sistema de conceptos ilusorios y habla en su
nombre. 10Hacerle caso a la voz del ego significa que crees que es
posible atacar a Dios, y que has arrancado una parte de Él y te has apoderado
de ella. 11De ahí procede el miedo a las represalias externas, ya
que el sentimiento de culpabilidad es tan intenso que tiene que ser proyectado.
4. Todo lo que
aceptas en tu mente se vuelve real para ti. 2Es tu aceptación lo que
le confiere realidad. 3El permitirle la entrada al ego en tu mente y
entronarlo allí, es lo que lo convierte en tu realidad. 4Eso se debe
a que la mente es capaz de crear realidad o de fabricar ilusiones. 5Dije
anteriormente que tienes que aprender a pensar con Dios. 6Pensar con
Él es pensar como Él, 7lo cual produce dicha -y no culpabilidad
porque es algo natural. 8La culpabilidad es un signo inequívoco de
que tu pensamiento no es natural. 9El pensamiento que no es natural
va siempre acompañado de culpabilidad porque es la creencia en el pecado. 10El
ego no percibe el pecado como una falta de amor, sino como un decidido acto de
agresión. 11Esto es necesario para su supervivencia porque, tan
pronto como consideres que el pecado es una
insuficiencia, tratarás automáticamente de remediar la situación. 12Y lo lograrás. 13Para el ego eso es la
perdición, pero tú tienes que aprender a verlo como tu emancipación.
5. La mente. que
está libre de culpa no puede sufrir. 2Al estar sana, sana a su vez al cuerpo porque ella misma ha sanado. 3Las enfermedades son
inconcebibles para la mente sana, ya que no puede concebir atacar a nada ni a
nadie. 4Dije antes que la enfermedad es una forma de magia. 5Quizá
sería mejor decir que es una forma de solución mágica. 6El ego
cree que castigándose a sí mismo
mitigará el castigo de Dios. 7Mas incluso en esto es arrogante.
8Le atribuye a Dios la intención de castigar, y luego adopta esa
intención como su propia prerrogativa. 9El ego trata de usurpar
todas las funciones de Dios tal como las percibe porque reconoce que sólo se
puede confiar, en una lealtad absoluta.
6. El ego no puede
oponerse a las leyes de Dios de la misma manera en que tú tampoco puedes
hacerlo, pero puede interpretarlas de acuerdo con lo que desea, al igual que
tú. 2Por eso es preciso que contestes la pregunta: "¿Qué es lo
que quiero?" 3La contestas cada minuto y cada segundo, y cada
decisión que tomas es un juicio que no puede por menos que tener consecuencias.
4Y éstas
continuarán repitiéndose automáticamente hasta que tomes otra decisión. 5Recuerda,
no obstante, que .las alternativas en sí son inalterables. 6El
Espíritu Santo, al igual que el ego,
es una elección que uno hace. 7Ambos constituyen las únicas
alternativas que la mente puede aceptar y obedecer. 8El Espíritu
Santo y el ego son las únicas opciones que tienes. 9Dios creó Una de
ellas, y, por lo tanto, no puedes deshacerla. 10La otra la
inventaste tú, y, por lo tanto, sí puedes. 11Sólo lo que Dios crea
es irreversible e inmutable. 12Lo que tú has fabricado siempre se
puede cambiar porque cuando no piensas como Dios, en realidad no estás pensando
en absoluto. 13Las ideas ilusorias no son pensamientos reales, si
bien puedes creer en ellas. 14Pero eso es un error. 15La
función del pensamiento procede de Dios y reside en Dios. 16Puesto
que formas parte de Su Pensamiento, no puedes pensar separado de El.
7. El pensamiento
irracional es pensamiento desordenado. 2Dios Mismo pone orden en tu
pensamiento porque tu pensamiento fue creado por Él. 3Los
sentimientos de culpabilidad son siempre señal de que desconoces esto. 4Muestran
asimismo que crees que puedes pensar separado de Dios, y que deseas hacerlo. 5Todo
pensamiento desordenado va acompañado de culpabilidad desde su concepción, y
mantiene su continuidad gracias a ella. 6La culpabilidad es
ineludible para aquellos que creen que son ellos los que ordenan sus propios
pensamientos, y que, por lo tanto, tienen que obedecer sus dictados. 7Eso
les hace sentirse responsables de sus errores sin darse cuenta de que, al
aceptar esta responsabilidad, están reaccionando de manera irresponsable. 8Si
la única responsabilidad del obrador de milagros es aceptar la Expiación para
sí mismo, y te aseguro yo que así es, la responsabilidad. por lo que debe ser expiado no puede entonces recaer sobre ti.
9Este dilema no puede ser resuelto, excepto aceptando la solución
del des-hacimiento. 10Tú serias responsable de los efectos de tu manera equivocada de pensar si ésta no
se pudiera deshacer. 11El propósito de la Expiación es conservar del
pasado únicamente aquello que ha sido purificado: 12Si aceptas el
remedio para el pensamiento desordenado, remedio cuya eficacia es indudable,
¿cómo iban a seguir estando presente sus síntomas?
8. La continua
decisión de permanecer separado es la
única razón posible de que siga habiendo sentimientos de culpabilidad. 2Hemos
dicho esto antes, pero no subrayamos los resultados destructivos de tal
decisión. 3Cualquier decisión de la mente afecta tanto al comportamiento como a la experiencia. 4Lo
que tú deseas, esperas que tenga lugar. 5Esto no es algo ilusorio. 6Tu
mente ciertamente forja tu
futuro, y se lo devolverá a la
creación plena en cualquier momento si primero acepta la Expiación. 7Retornará
asimismo a la creación plena en el instante en que haya hecho eso. 8Al
haber renunciado a su pensamiento desordenado, la correcta ordenación del
pensamiento se hace evidente.
VI.
El tiempo y la eternidad
1. Dios en Su
conocimiento no está esperando, pero a Su Reino le falta algo mientras tú esperes. 2Todos los Hijos de Dios están
esperando tu retorno, tal como tú estás esperando el suyo. 3En la
eternidad las demoras no importan, pero en el tiempo son ciertamente trágicas.
4Has elegido estar en el tiempo en vez de en la eternidad, y, por
consiguiente, crees estar en
el tiempo. 5Sin embargo, tu elección es a la vez libre y
modificable. 6No te corresponde estar en el tiempo. 7Te
corresponde estar únicamente en la eternidad, donde Dios Mismo te ubicó para
siempre.
2. Los
sentimientos de culpabilidad son los que perpetúan el tiempo. 2Inducen
miedo a las represalias o al abandono, garantizando así que el futuro sea
igual que el pasado. 3En esto consiste la continuidad del ego, 4la
cual le proporciona una falsa sensación de seguridad al creer que tú no puedes
escaparte de ella. 5Pero no sólo puedes, sino que tienes que
hacerlo. 6Dios te ofrece a cambio la continuidad de la eternidad. 7Cuando
te decidas a hacer este intercambio, reemplazarás simultáneamente la
culpabilidad por la dicha, la crueldad por el amor y el dolor por la paz. 8Mi
papel consiste únicamente en desatar las cadenas que aprisionan tu voluntad y
liberarla. 9Tu ego no puede aceptar esta libertad, y se opondrá a
ella siempre que pueda y en cualquier forma que pueda. 10Y puesto
que tú eres su hacedor, reconoces lo que él puede hacer, pues le conferiste el
poder de hacerlo.
3. Acuérdate
siempre del Reino, y recuerda que tú que formas parte de él, jamás te puedes
perder. 2La Mente que estaba en mí está en ti, pues Dios crea con absoluta imparcialidad. 3Deja
que el Espíritu Santo te recuerde siempre Su imparcialidad, y déjame enseñarte
cómo compartirla con tus hermanos. 4¿De qué otra manera sino se te
puede brindar la oportunidad de reivindicarla para ti mismo? 5Ambas
voces hablan simultáneamente en favor de diferentes interpretaciones de una
misma cosa, o casi simultáneamente, pues el ego siempre habla primero. 6Las
interpretaciones que representan la otra alternativa no se hicieron necesarias
hasta que se concibió la primera de ellas.
4. El ego dicta
sentencia y el Espíritu Santo revoca sus decisiones, en forma similar a como en
este mundo un tribunal supremo tiene la potestad de revocar las decisiones de
un tribunal inferior. 2Las decisiones del ego son siempre erróneas
porque están basadas en el error para cuya defensa, se tomaron. 3El
ego no interpreta correctamente nada de lo que percibe. 4No sólo
cita las Escrituras para defender su causa, sino que incluso las interpreta
como testigos a su favor. 5A juicio
del ego, la Biblia es
algo temible. 6Al percibirla como algo temible la interpreta con
miedo. 7Al sentir miedo, no apelas al Tribunal Supremo porque crees
que también fallaría en tu contra.
5. Existen muchos ejemplos que
muestran la forma en que las interpretaciones del ego son engañosas, pero con
unos pocos bastará para mostrar cómo el Espíritu Santo puede reinterpretarlas
bajo Su Propia Luz.
6. Para el Espíritu Santo, "Lo
que el hombre sembrare, eso cosechará" quiere decir que lo que consideres
digno de ser cultivado lo cultivarás en ti mismo. 2Considerar que
algo es valioso es lo que lo hace valioso para, ti.
7. "Mía
es la venganza, dice el Señor", puede reinterpretarse fácilmente si
recuerdas que las ideas se expanden sólo al compartirse. 2La
aseveración subraya el hecho de que la venganza no se puede compartir. 3Dásela,
por lo tanto, al Espíritu Santo, Quien te librará de ella; puesto que no le
corresponde estar en tu mente, la cual forma parte de Dios.
8. De acuerdo con la
interpretación del ego, "Castigaré los pecados de los padres hasta la
tercera y cuarta generación" es una aseveración especialmente cruel. 2Se
convierte simplemente en un intento por parte del ego de garantizar
su propia supervivencia. 3Para el Espíritu Santo, la frase significa
que en las generaciones posteriores Él todavía podrá reinterpretar lo que las
generaciones previas habían entendido mal, anulando así la capacidad de dichos
pensamientos para suscitar miedo.
9. "Los impíos
perecerán" se convierte en una declaración de Expiación, si se entiende la
palabra "perecerán" con el significado de "serán
des-hechos". 2Todos los pensamientos no amorosos tienen que ser des-hechos, palabra ésta que el
ego ni siquiera puede entender. 3Para el ego, deshacer significa
destruir. 4El ego no será
destruido porque forma parte de tu pensamiento, pero como no es creativo, y es,
por consiguiente, incapaz de compartir, será reinterpretado de otra manera para
así liberarte del miedo. 5La parte de la mente que le diste al ego
regresará simplemente al Reino, donde a toda ella le corresponde estar. 6Puedes
demorar la compleción del Reino, pero no puedes introducir el concepto de miedo
en él.
10. No tienes por qué temer que el Tribunal Supremo te vaya a condenar. 2Éste
simplemente declarará sin lugar el caso contra ti. 3No puede haber
caso contra un Hijo de Dios, y todo testigo que da fe de la culpabilidad de las
creaciones de Dios está levantando falso testimonio contra Dios Mismo. 4Apela
jubilosamente todo lo que creas al Propio Tribunal Supremo de Dios, ya que éste
habla por Él, y, por consiguiente, lo que afirma es la verdad. 5Declarará
sin lugar el caso contra ti, no importa cuán cuidadosamente lo hayas preparado.
6Lo podrás haber planeado a prueba de todo, pero no está a prueba de
Dios. 7El Espíritu Santo no le dará audiencia, pues El sólo puede
dar testimonio de la verdad. 8Su veredicto será siempre: "Tuyo es el Reino", porque el Espíritu
Santo te fue dado para recordarte lo que eres.
11. Cuando dije: "Yo he venido
como una luz al mundo", lo que quise decir fue que vine a compartir la luz
contigo. 2Recuerda mi referencia al espejo tenebroso del ego, y
recuerda también que dije: "No mires ahí". 3Todavía sigue
siendo cierto que es a ti a quien le corresponde decidir dónde
has de buscar para encontrarte a ti mismo. 4La paciencia que tengas
con tu hermano es la misma paciencia que tendrás contigo mismo. 5¿No
es acaso digno un Hijo de Dios de que
se tenga paciencia con él? 6He tenido infinita paciencia contigo
porque mi voluntad es la Voluntad de
nuestro Padre, de Quien aprendí lo que es la paciencia infinita. 7Su
Voz estaba en mí tal como está en ti, exhortándonos a tener paciencia con la
Filiación en Nombre de su Creador.
12. Ahora debes aprender que sólo la
paciencia infinita produce resultados inmediatos. 2Así es como el
tiempo se intercambia por la eternidad. 3La paciencia infinita
recurre al amor infinito, y, al producir resultados ahora
hace
que el tiempo se haga innecesario. 4Hemos dicho repetidamente que el
tiempo es un recurso de aprendizaje que será abolido cuando ya no sea
necesario. 5El Espíritu Santo, que habla en favor de Dios en el tiempo, sabe también que el tiempo no tiene sentido. 6Él
te recuerda esto en todo momento porque Su función especial consiste en
conducirte de regreso a la eternidad y permanecer allí para bendecir tus
creaciones. 7El es la única
bendición que realmente puedes dar, pues es verdaderamente bendito. 8Puesto
que Dios te dio el Espíritu Santo libremente, tienes que darlo tal como lo
recibiste.
VII.
La decisión en favor de Dios
1. ¿Crees
realmente que puedes fabricar una voz que pueda ahogar a la de Dios? 2¿Crees
realmente que puedes inventar un sistema de pensamiento que te pueda separar
de Él? 3¿Crees realmente
que puedes encargarte de tu seguridad y de tu dicha mejor que Él? 4No tienes que ser ni
cuidadoso ni descuidado, necesitas simplemente echar sobre Sus Hombros toda
angustia, pues Él cuida de ti. 5Él cuida de ti porque te ama. 6Su Voz te recuerda continuamente que tienes motivos
para sentirte esperanzado debido a que estás a Su cuidado. 7No puedes elegir excluirte
de Su cuidado porque ésa no es Su Voluntad, pero puedes elegir aceptar Su
cuidado y usar el poder infinito de éste en beneficio de todos los que Él creó
mediante él.
2. Han sido muchos los sanadores
que no se curaron a sí mismos. 2No movieron montañas con su fe
porque su fe no era absoluta. 3Algunos
de ellos ocasionalmente curaron enfermos, mas no resucitaron a ningún muerto. 4A menos que el sanador se
cure a sí mismo, no podrá creer que no hay grados
de dificultad en los milagros. 5No habrá aprendido que toda mente
que Dios haya creado es igualmente digna de ser sanada porque El la creó íntegra. 6Se
te pide simplemente que le devuelvas a Dios tu mente tal como Él la creó. 7Dios te pide únicamente lo
que Él te dio, sabiendo que mediante esa entrega sanarás. 8La cordura no es otra cosa que plenitud, y la cordura
de tus hermanos es también la tuya.
3. ¿Por qué prestarle atención a
las continuas y dementes exigencias que crees que se te hacen, cuando puedes
saber que la Voz que habla por Dios se encuentra en ti? 2Dios te
encomendó Su Espíritu, y te pide que tú le encomiendes el tuyo. 3Su Voluntad dispone que éste
permanezca en perfecta paz porque tú eres de una misma mente y de un mismo
espíritu con El. 4El
último recurso desesperado del ego en defensa de su propia existencia es
excluirte de la Expiación. 5Ello refleja a la vez la necesidad del
ego de mantenerse separado, y el hecho de que tú estás dispuesto a ponerte de
parte de la separación por la que él aboga. 6El hecho de que estés
dispuesto a ello significa que no quieres sanar.
4. Pero ha llegado el momento. 2No
se te ha pedido que elabores el plan de la salvación porque, como ya te dije
anteriormente, el remedio no pudo haber sido obra tuya. 3Dios Mismo te dio la Corrección perfecta para todo lo
que has inventado que no esté de acuerdo con Su santa Voluntad. 4Te estoy haciendo perfectamente
explícito Su plan, y te diré también cuál es tu papel en él y cuán urgente es
que lo lleves a cabo. 5Dios se lamenta ante el "sacrificio"
de Sus Hijos que creen que Él se olvidó de ellos.
5. Siempre que no te sientes
completamente dichoso es porque has reaccionado sin amor ante una de las
creaciones de Dios. 2Al
percibir eso como un pecado te pones a
la defensiva porque prevés un ataque. 3Tú
eres el que toma la decisión de reaccionar de esa manera, y, por lo
tanto, la puedes revocar. 4No
puedes revocarla arrepintiéndote en el sentido usual de la palabra porque eso
implicaría culpabilidad. 5Si sucumbes al sentimiento de culpabilidad,
reforzarás el error en vez de permitir que sea des-hecho.
6. Tomar esta decisión no puede
ser algo difícil. 2Esto es obvio, si te percatas de que si
no te sientes completamente dichoso es porque tú mismo así lo has decidido. 3Por lo tanto, el primer paso
en el proceso de des-hacimiento es reconocer que decidiste equivocadamente a
sabiendas, pero que con igual empeño puedes decidir de otra manera. 4Sé muy firme contigo mismo
con respecto a esto, y mantente plenamente consciente de que el proceso de des-hacimiento,
que no procede de ti, se encuentra no obstante en ti porque Dios lo puso ahí. 5Tu
papel consiste simplemente en hacer que tu pensamiento retorne al punto en que
se cometió el error, y en entregárselo allí a la Expiación en paz. 6Repite para tus adentros lo
que sigue a continuación tan sinceramente como puedas, recordando que el
Espíritu Santo responderá de lleno a tu más leve invitación:
7Debo
haber decidido equivocadamente porque no estoy en paz.
8Yo
mismo tomé esa decisión, por lo tanto, puedo tomar otra.
9Quiero
tomar otra decisión porque deseo estar en paz.
10No me siento culpable porque el Espíritu Santo, si se lo permito anulará todas las consecuencias de mi
decisión equivocada.
11Elijo permitírselo, al dejar
que Él decida en favor de Dios por mí.